En ocasiones, como padres, nos preguntamos qué hacer en el tiempo libre con los niños, podemos buscar actividades juntos, que les motiven y que nos gusten a nosotros como adultos.

Sin embargo hagamos lo que hagamos es importante procurar no modificar demasiado sus horarios. No nos damos cuenta que les acostamos más tarde, les levantamos más tarde, comen más tarde… el cambio de rutinas cuando son muy pequeños lo notan mucho.

Muchas veces pensamos que no se portan igual en casa que en la escuela, eso es cierto; en casa, como padres, tenemos otros roles y es normal que los niños se comporten de forma diferente. Sin embargo, hay veces, que les notamos irascibles, como rabiosos… es simple, cambio de rutinas. Os aconsejamos disfrutar juntos del tiempo libre, pero en sus horarios más que en los nuestros.

Por otro lado, podemos encontrar un sinfín de oportunidades para vuestros niños, un espacio de ocio constructivo, educador y potenciador de las cualidades del individuo.

Fuera de casa

- Salidas a espacios naturales.

Los parques, plazas, paseos y playas, son un entorno potencial de disfrute y aprendizaje familiar. Es importante que los pequeños aprendan a participar del tiempo de ocio de los padres y madres. Es positivo buscar lugares comunes de disfrute, no sólo instalaciones infantiles, lugares que promuevan el intercambio y que provoquen preguntas en el niño.

A veces nos limitamos a cumplir la función de cuidadores cuando salimos de casa, pero podéis aprovechar éstas salidas eligiendo espacios diferentes que os relajen y os hagan disfrutar tanto a los mayores como a los pequeños: un paseo por la playa, o por el monte, un día de cálido otoño, será para vuestros hijos un gran descubrimiento. Preguntas, curiosidad, olores, diversas texturas al alcance de la mano…

Elegir lugares donde puedan experimentar bajo vuestra cariñosa y atenta mirada: ¿cuánto me puedo separar de mis padres sin que me llamen?, ¿ésto pincha?, ¿qué es eso que suena?,…la hierba está hecha de diferentes plantas… ¿cuántos tipos de árboles hay?

Disfrutar de poder descubrirles el mundo. Cada pregunta será una oportunidad para conocer a vuestros niños y plantear cuestiones más profundas, incluso podéis intentar corregir algún mal hábito o conducta jugando con ejemplos que sean claros para ellos, recordar que suelen comprender muy bien las enseñanzas de las fábulas y cuentos.

“Cacería de especímenes”: mientras disfrutéis de éstos espacios naturales podéis proponer un juego muy sencillo. Consiste en convertiros en investigadores y capturar diferentes especímenes que estén a vuestro alrededor. Haréis una lista de cosas que tienen que ser encontradas: dos hojas rojas, una piedra marrón, una concha blanca, 5 palitos diferentes…, al llegar a casa podéis clasificarlas, pegarlas, hacer un collage o guardarlas como recuerdo de un día divertido.

Recordad que también hay un tiempo para descansar, para relajaros, escuchar sonidos, y observar en calma lo que os rodea. El tiempo de descanso es fundamental en una tarde de ocio, y os enseña a estar en compañía comprendiendo que hay un momento para cada cosa.

 

- Salidas culturales.

Un aspecto a tener en cuenta es no limitaros por el hecho de tener un niño en edad infantil, podéis acudir con ellos a museos, conciertos, teatro, danza, etc. Será una experiencia inolvidable.

No es necesario que el pequeño comprenda todo lo que sucede. Podéis explicarle qué es lo que vais a hacer y cómo para que pueda anticiparse a los acontecimientos y reducir el estrés que le provocan las nuevas situaciones.

Estad atentos y darles la opción de retiraros si veis que la experiencia no es de su agrado: el ruido le molesta, las caras le asustan…, no hay que forzar éste tipo de vivencia, sólo hay que habilitar que suceda.

Simplemente posibilitar el conocimiento de diversos ámbitos, de personas distintas, de diferentes ambientes sociales, harán que vuestros hijos crezcan interesados por un mundo que les ofrece un sinfín de oportunidades.

Abrid su abanico de conocimientos, ofreciéndoles oportunidades para descubrir sus propias capacidades, acompañándoles en el proceso de descubrimiento de todo lo que les rodea, y a su vez utilizar éstos momentos para educar en los valores que consideréis importantes.

“La magia de la memoria”: Al llegar a casa podéis investigar cómo fue la experiencia planteando un dibujo de lo que más les ha gustado o lo que no, ¿qué les causó más sorpresa? o ¿susto?, qué les gustaría cambiar…

Y si todas estas actividades podéis hacerlas en compañía de otros niños de la familia o amigos aún mejor; ya que a veces los pequeños sólo se relacionan con sus iguales en la escuela. Es enriquecedor para ellos poder conocer e interactuar con otros niños de diferentes edades.

 

En casa.

Estimular a vuestros hijos es importante, recordar también que aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos, y por esto el ambiente que tengamos en la casa es fundamental en su aprendizaje. Libros a su alcance, música, y un espacio de juego propio dónde liberar su imaginación. Los pequeños también deben aprender a jugar solos, a nutrir su tiempo libre de su propia inventiva, más allá de la tv, o juegos interactivos.

Materiales como pinturas, folios A3, plastilina, módulos de construcción, son imprescindibles en el espacio de juego. Una forma de activar su imaginación es por medio del “Gran Cajón de Tesoros”, les dará oportunidades para buscar sus propias maneras de estimularse, jugando con ellos mismos, sin el constante llamado de atención a los padres.

“El Gran Cajón de Tesoros” consiste en una simple caja de cartón o del material que prefieran, donde ir guardando tesoros que vayan encontrando, sin incluir juguetes tradicionales: piñas, castañas, conchas, distintos objetos de diferentes materiales, una cuchara, un botecito de plástico, frasco de perfume, rollo de papel, latas cerradas conteniendo arroz, judías o pequeñas piedras, colador de té, tapaderas, timbre de bicicleta, cazo, llavero, cencerro, campanilla, trompeta… etc.

La multiplicidad de objetos heterogéneos con los que jugar y crear asociaciones nuevas y diferentes, estimulará su capacidad de concentración, la creatividad, disposición y aptitud para aprender solo e investigar un mundo más pequeño pero no menos complejo.

Cocinar con ellos en casa es otra forma de implicarnos en su tiempo de ocio y enriquecer la comunicación con vuestros hijos.

Disfrutar, reír y volver a experimentar esa primera vez es descubrir algo, pero ahora es la ocasión de vivirlo en vuestros hijos.