Con la muerte de Alfonso de Castilla mas conocido como Alfonso el Inocente, siguiente en la línea sucesoria y hermano de Enrique, todo parece ser favorable para Isabel, quien nunca soñó con llegar a ser reina de Castilla, pero un orgullo al que nunca renunció. Juan de Aragón, Príncipe de Asturias y segundo hijo de los Reyes Católicos, murió en Salamanca el 4 de Octubre de 1497 y su cuerpo descansa en el Real Monasterio de Santo Tomás, en Ávila. Tras ser expulsada de la corte por su propio padre y sustituida por su hermanastra, María pudo recuperar su posición como primogénita del rey, gracias a que Catalina nunca renunciara a sus derechos. Fue educado como un verdadero príncipe del Renacimiento, formado con la ayuda de expertos humanistas como Pedro Mártir de Anglería. Enrique VIII, un príncipe cultísimo y muy hábil políticamente pese a los escándalos que enturbiaron sus últimos años de reinado, encontró en Catalina una sabia compañera y una prudente consejera. Juana fue nombrada princesa de Asturias, pero un bulo comenzó a sonar por la corte, Juana no era hija del rey, era una hija ilegítima de su madre Juana de Portugal y Beltrán de la Cueva. Teniendo en cuenta esto, la familia siguió adelante con los pactos, hasta el punto de que el reinado de los Reyes Católicos llegó a ser el más poderoso del mundo. Sin embargo, el matrimonio distó mucho de ser feliz. Crearon una Real Cédula el 13 de septiembre de 1504, para la construcción de la Capilla Real, lugar en el que descansarían sus cuerpos. A la muerte del Rey Juan, le sucede su hijo y hermano de Isabel, Enrique IV de Castilla, quien tras distintas disputas, muere con la única descendencia de su hija Juana, fruto de su segundo matrimonio con Juana de Portugal. Se crió junto a sus hermanas Juana y Catalina y manteniendo un importante contacto con su hermano Juan, del que solo le separaban cuatro años de edad. Sin embargo la reina lo notó y exclamó una frase que durante mucho tiempo se utilizó para advertir sobre las amenazas ocultas, en el reino castellano, “¡venía el villano vestido de verde!”. Respecto al olor que desprendía la reina, si que es verdad que posiblemente poco antes de fallecer pudiera desprender olores desagradables. De ahí, partió la locura de Juana y su famoso apodo Juana “la loca”, que no fue más que la locura de un amor no correspondido por su amado Felipe “el hermoso”. Isabel de Portugal (1428-1496), madre de Isabel la Católica. Cuando conoció al que sería su marido, Felipe, ambos parecieron enamorarse perdidamente, hasta el punto de que Felipe pidió que un religioso bendijese su unión inmediatamente, pese a que los festejos de su boda estaban proyectados para solo unos días después, de esta unión nacieron seis hijos. Su estado la dificultaba el movimiento por lo que los doctores de la corte optaron por recetarle comida con ajos. Juana I de Castilla y Felipe de Habsburgo. Sus cadáveres fueron llevados desde Medina del Campo (Valladolid) y desde Madrigalejo (Cáceres) hasta el Convento de San Francisco de la Alhambra. These cookies do not store any personal information. | Historias de nuestra Historia. Manuel volvió pronto a su reino de origen, dejando al pequeño Miguel al cuidado de sus abuelos y empezando a negociar un nuevo matrimonio con otra hija de los Reyes Católicos, la princesa María. Para forzar la mano de Catalina, Enrique la separó de su hija y la encerró en diversos castillos, acabando sus días en el conocido como castillo de Kimbolton, viviendo prácticamente como una reclusa, con muy pocos recursos y con la prohibición expresa de comunicarse con el exterior, de difundir escritos o de recibir visitas que no estuvieran previamente aprobadas por el monarca. Rey de Castilla (1454-1474). En el mausoleo del mismo lugar reposan los cuerpos de Doña Juana I de Castilla y Don Felipe de Habsburgo, el marido por el que “perdió la cabeza”. María murió en 1517, a consecuencia del parto del último de sus hijos, Antonio, que tampoco sobrevivió mucho tiempo a su madre. El mismo día de su funeral, Ana Bolena sufrió un aborto de un hijo varón. De los seis hijos que llegaron a engendrar, solo una niña, la futura María I, llegó a sobrevivir a los primeros meses de vida. Como en el caso del resto de sus hermanos, su matrimonio fue concebido por razones políticas, pero se daba la circunstancia de que el que llegaría a ser su marido había sido también su cuñado. La falta de descendencia masculina era un problema enorme para Enrique VIII y para una dinastía que no estaba asentada en el trono, por lo que este hecho empezó a alejar cada vez más a la pareja. Desde entonces, todos los días 29 de enero, fecha de aniversario de su funeral, tienen lugar unos actos conmemorativos en la catedral. Asimismo, también estuvo en continuo contacto con el mundo de la política y de las obligaciones reales, acompañando a sus padres y hermanos tanto en actos cortesanos como en otro tipo de responsabilidades, llegando a acampar junto a su familia en las afueras de Granada antes de su caída. Política de Cookies, En un periodo tan importante, no solo de la historia de España sino del mundo, nada hubiera sido igual sin la aparición de una figura con tanto poder, ingenio, inteligencia, astucia, estrategia, amor y fe, como la figura de Isabel I de Castilla. Catalina se negó a aceptar las resoluciones de su marido, que hacían nulo su matrimonio y convertían a su hija María en una bastarda. Enrique IV de Castilla (1425-1474), hermano de Juan II. Pero a Felipe esa solución no le … ¿Quién gobernó después de Isabel la Católica? But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience. En uno de sus embarazos la reina comenzó a hincharse, sufría de retención de líquidos. Conozcamos un poco de su vida, sus valores y su visión del futuro, cuántos hijos tuvo o cuántos reinaron en Europa. Poco tiempo después del día del enlace, el 4 de octubre de 1497, el príncipe muere en Salamanca, de camino a la boda de su hermana, por culpa de unas terribles fiebres.
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